En 2002, conocí a Mende. Yo tenía 7 años y él 9. Vivimos juntos en mi casa. Cuando se fue, me hizo prometer que algún día iría a la suya. Veinte años después, mientras dejo la casa de mi infancia, decido cumplir mi promesa y partir en su búsqueda. A caballo por las estepas de Mongolia, aparecen los archivos miniDV de Mende y de mí.
¿Cómo reencontrarnos ahora que somos adultos? ¿Los sueños de la infancia están hechos para ser cumplidos por adultos?