Árni, sensible y con aspecto de pájaro, trabaja como encargado en un pequeño y destartalado circo ambulante que recorre zonas rurales. La compañía está formada por una familia que dirige el circo, siendo Árni el único que no pertenece a la familia. Vive como un monje; sus días se centran en alimentar a los animales y realizar diversas tareas para el circo. El circo recibe una nueva pitón, y la criatura despierta su curiosidad. A medida que empieza a domesticarla, el proceso empieza a tener un impacto gradual en él.