Sandra (61), una ama de casa separada, escapa de la rutina por un fin de semana para viajar con su prima al pueblo donde veraneaban cuando jóvenes. Allí se ve cautivada por una casa llena de recuerdos y una húmeda naturaleza que, a través de extrañas manifestaciones, irá generando cambios y sensaciones en su cuerpo reseco y agrietado por los años, llevándola a enfrentarse con aquello que creía dormido: su sexualidad.